lunes, 4 de junio de 2007

Técnicas de relajación: La relajación

El siguiente punto importante para empezar a practicar la relajación es tomar conciencia del cuerpo . Tenemos que estar bien “sujetos al suelo” para poder practicar la meditación, sino los beneficios no son los mismos. Esto lo podemos conseguir de una forma muy sencilla:

Puedes tumbarte en la cama o en el suelo, estiras las piernas y dejas los brazos a los lados del cuerpo, con las manos mirando hacia arriba y un poco separadas de los muslos. Si tienes problemas lumbares y sientes molestias en la zona cuando estás tumbado puedes colocarte cojines debajo de las rodillas. Si la temperatura es fresca, mejor tener una manta o toalla para taparnos, ya que cuando se practica la relajación el pulso se ralentiza y la temperatura del cuerpo acostumbra a descender ligeramente. Es importante que estemos cómodos y no nos moleste ninguna zona del cuerpo , si nos molesta es un aviso de que estamos haciendo algo mal.

Cuando estemos seguros de que podemos empezar, es cuestión de tomar conciencia del cuerpo : pondremos atención en la punta de los dedos del pie, intentamos relajarlos y dejamos caer los pies a los lados, de forma natural. Poco a poco iremos subiendo como si hiciéramos un escáner, por las piernas, los muslos, el tronco, los brazos y por último la cabeza y la cara. A medida que vayamos pasando por estas zonas las iremos relajando y dejamos que pesen sobre el colchón y el suelo. Podemos hacerlo más lento o rápido, con más o menos precisión, incluso podemos relajar los órganos internos.

Otro punto importante en la relajación es el entorno. El mejor momento para practicar estas técnicas lo tiene que encontrar cada persona, puede ser a cualquier hora del día, mientras sepamos que nadie nos molestará. Podemos crear un espacio agradable y tranquilo que, de entrada, ya nos proporcionará tranquilidad: música relajante (mejor sin letra), un par de velas, un poco de incienso y una luz tenue. Todo esto nos puede acompañar, pero no es imprescindible, incluso podemos probar de hacer la relajación al aire libre, en un parque tranquilo, en la playa, en el jardín... Lo que os recomiendo es que probéis a que hora os sentís más a gusto y si lo hacéis con regularidad llegará un día que estaréis impacientes para que sea la hora de la relajación, un momento sagrado para estar solos con vosotros .

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Susana Cebrián
Terapeuta de terapias vibracionales
www.espaialana.com